Cuando llega la época del frío, la temporada invernal es sinónimo de vacaciones a consecuencia del receso escolar en todo el país y, las provincias patagónicas y Mendoza son los destinos por excelencia más elegidos para visitar por las actividades que ofrecen alrededor de la nieve característica en cada provincia que cuenta también con complejos equipados para recibir al turismo que disfruta de sus pistas de esquí, principalmente, pero que, también aprovecha a conocer los destinos con paisajes naturales increíbles que deslumbran con su belleza.
En este contexto, mientras Bariloche sigue siendo sinónimo de chocolate en rama y en la Patagonia muchos no conciben el invierno sin una porción de torta galesa, hay un destino lejos del fenómeno blanco, ubicado en el norte argentino que ostenta un dulce que empieza a destacarse entre las opciones más buscadas por los viajeros que esquivan el frío sureño y organizan el viaje al norte. Allí, el alfajor salteño artesanal crece como una alternativa firme a los tradicionales chocolates y tortas de Bariloche y Gaiman, en Río Negro y Chubut respectivamente.
De aspecto simple, pero con una receta antigua, este alfajor se elabora con masa quebrada, dulce de cayote, aunque también puede llevar dulce de higo o de leche, y un baño de glasé que lo hace inconfundible. No tiene conservantes, y su sabor remite directamente a las meriendas de la infancia o a los patios de tierra de las casas coloniales.
El alfajor de masa quebrada y dulce de Cayota es uno de los más buscados por los turistas que visitan Salta. Foto: Agencia Noticias Argentinas – Redes.
Por eso, en estas vacaciones de invierno 2025, los turistas que elijan viajar a un clásico del norte argentino como lo es Salta, este dulce se convierte en el favorito de muchos visitantes ganando terreno en las rutas del sabor del invierno.
Algunas marcas artesanales lo producen en versiones gourmet con nueces, especias o variantes con dulce de batata o membrillo. Por todo ello, es un dulce ideal para llevar como recuerdo.
Este alfajor es compacto, fácil de transportar y con una historia detrás que lo posiciona como uno de los souvenirs gastronómicos más elegidos del invierno. Muchos lo compran en cajas para regalar o como merienda de viaje.
Además, es cada vez más común encontrarlo en ferias turísticas del país, y algunos emprendimientos ya lo ofrecen por redes sociales para envíos a todo el país.
El alfajor salteño, con su masa delicada y su relleno dulce, ofrece ese pequeño placer que reconforta entre paseos, rutas o paisajes serranos. Y para quienes lo prueban por primera vez, suele ser una revelación.

