En pleno corazón rural de la provincia de Buenos Aires, a tan solo unos kilómetros de la ciudad de Dolores y sobre la Ruta Provincial 63, un almacén de ramos generales fundado en 1888 como almacén de ramos generales es toda una experiencia para vivir y compartir, al menos, una vez en la vida. Este pintoresco paraje llamado Sol de Mayo, conserva intacta el espíritu de época y, se ha convertido en una parada obligada para quienes se dirigen desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hacia la Costa Atlántica bonaerense.
Sol de Mayo, es una invitación a un viaje hacia el pasado donde el criollismo se cultiva de sol a sol, día tras día a la vera de la ruta provincial 63.
El edificio es de ladrillo a la vista y de techos altos que guardan historias centenarias entre estanterías de madera, frascos antiguos y objetos que evocan la vida de campo de antaño. Sol de Mayo no solo es un rincón detenido en el tiempo, sino también una propuesta gastronómica que honra la cocina tradicional argentina.
Para agendar. La cercanía con la ciudad de Dolores lo hace un espacio ideal, cómodo y fácil de llegar para una escapada de fin de semana para quienes habitan en la región y, un imperdible sitio para los turistas durante los fines de semana y feriados, para lo cual se recomienda consultar previamente, ya que, suele ser muy visitado por familias, parejas o grupos de amigos que disfrutan de los buenos menús que sirven acompañados por las historias y anécdotas que se crean a diario en la propuesta turística rural que crece con el ingenio, amor, el buen gusto y atención de sus dueños.
Quienes se detienen en este rincón bonaerense pueden deleitarse con un menú casero que incluye clásicos como el asado criollo, pastas caseras, empanadas de carne cortada a cuchillo y guisos de estación. El pan casero y los dulces artesanales, como el dulce de leche y las mermeladas, completan una experiencia culinaria que reconforta tanto como el paisaje que la rodea. También se ofrecen productos regionales para llevar:
Vinos.
Chacinados.
Conservas elaboradas por productores locales.
Ubicado en una zona estratégica, Sol de Mayo es ideal para hacer un alto en el camino hacia destinos como San Bernardo, Pinamar, Villa Gesell o Mar del Plata. Su cercanía con Dolores, permite complementar la visita con paseos por su centro histórico, la Laguna La Seca, el Museo Libres del Sur o una caminata por su tradicional plaza principal.
El lugar ofrece un respiro en la ruta y, una conexión con las raíces bonaerenses. La atención amable, el entorno natural y el valor patrimonial del lugar hacen de Sol de Mayo una experiencia que trasciende lo gastronómico y se transforma en una inmersión auténtica en la vida rural argentina. Por eso, es más que un restaurador del estómago, ya que propone inmiscuirse en una viaje al pasado en medio del viaje al presente deseado, es una postal viva del pasado y una excusa perfecta para redescubrir los encantos de la provincia camino al mar.