Una histórica línea de colectivos interurbanos de Argentina ofrece un viaje distinto que va desde el corazón de la ciudad, donde las bocinas, el sonido a motores y el bullicio de la gente, cada vez que se alejan del punto neurálgico y el horizonte comienza a verse más claro, el relax empieza a ganar lugar en la butaca del colectivo.

Se trata de una línea que conecta a la Ciudad de Buenos Aires con destinos pintorescos en un recorrido ideal para quienes buscan escapadas accesibles y llenas de historia. ¿Te imaginas llegar a una ciudad con laguna, aire puro y actividades al aire libre viajando en colectivo desde pleno centro porteño? La línea 88 lo hace posible, uniendo Plaza Miserere, en el barrio porteño de Once, en la Ciudad de Buenos Aires, con la ciudad bonaerense de Lobos, atravesando paisajes urbanos, rurales y turísticos en un extenso trayecto de más de 100 kilómetros.

Uno de sus destinos destacados es San Miguel del Monte, un rincón perfecto para quienes buscan desconectar del ritmo acelerado porteño sin alejarse demasiado. Esta ciudad turística, ubicada a unos 110 kilómetros de CABA, atrae cada fin de semana a visitantes que llegan a disfrutar de su laguna de 686 hectáreas, actividades náuticas, pesca, senderos, turismo cultural y mucho verde.

La línea 88 no es un simple medio de transporte; es una travesía en sí misma. Con 150 paradas y un recorrido que incluye localidades como Cañuelas, Uribelarrea, Virrey del Pino y Monte, esta línea conecta a más de 24.000 usuarios por día, tiene una rica historia que nace en 1939, y desde entonces se fue expandiendo al sumar tramos hasta consolidarse como una de las más largas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

El viaje completo puede durar cuatro horas, dependiendo del tramo elegido. La línea tiene diferentes ramales que parten desde Once y llegan hasta Cañuelas, Monte o Lobos, por las avenidas Rivadavia o Alberdi. Uno de los recorridos más buscados por quienes planean una escapada es el que finaliza en Monte, pasando por Uribelarrea, una joya rural conocida por su encanto colonial y su propuesta gastronómica.