En el corazón de San Juan la Ruta Nacional 150 atraviesa un paisaje que parece sacado de otro planeta y serpentea entre milenarias formaciones rocosas, restos fósiles de dinosaurios y montañas que cambian de tonalidad según de donde provenga la luz del sol.
Este paisaje es el Valle de la Luna, que se encuentra dentro del Parque Provincial Ischigualasto, una joya paleontológica que fue declarado Patrimonio de la Humanisdad por la UNESCO en el 2000 y es un reservorio único de fósiles de dinosuarios en el que los turistas se encuentran con paisajes esculpidos por la erosión de miles de años.
Entre las formaciones geológicas más conocidas del parque se encuentran la famosa Cancha de Bochas, una superficie casi plana donde se distribuyen esferas de roca perfectamente redondeadas, producto de la erosión y sedimentación milenaria, creando un fenómeno geológico único.
Otra formación emblemática es El Hongo, una gran roca con base delgada y cima ancha, esculpida por la acción del viento y el agua, que le da la apariencia de un enorme hongo petrificado. Por último, El Submarino es una estructura rocosa cuya silueta recuerda a un submarino emergiendo de la tierra, con estratos de diferentes colores que revelan las antiguas capas geológicas del valle.
Estas formaciones no solo son testigos del paso del tiempo, sino que también hacen de Ischigualasto un verdadero museo natural a cielo abierto y recorrerlas a través de la Ruta Nacional 150 es un verdadero imperdible.